Una estación de más de 30.000 metros cuadrados para conservar la fauna protegida de Fuerteventura

cartel_estacion_biologica_oliva
23 marzo, 2016

En la última década, la Unidad de Medio Ambiente del Cabildo de Fuerteventura ha conseguido implementar grandes avances en la Estación Biológica de La Oliva, albergando un Centro de Recuperación de Flora Salvaje, un aula didáctica para recibir escolares, una sala de necropsias y otras instalaciones, entre las que se encuentra el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre. «Se pone en valor la riqueza de la fauna terrestres y marina de la isla y la importancia de su cuidado en un territorio Reserva de la Biosfera», recuerda el presidente del Cabildo, Marcial Morales.

Una parcela de más de 30.000 metros cuadrados está orientada a la gestión de flora y fauna protegida. El Centro recibe animales silvestres heridos, enfermos o huérfanos para su cuidado y posterior liberación. En algunos casos, los animales son trasladados al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Tafira, del Cabildo de Gran Canaria, para recibir tratamiento clínico.

Los datos recogidos por el personal del centro reflejan que la mayoría de ingresos corresponden a aves, tortugas y, en menor medida, cetáceos. “Nuestro principal objetivo es proporcionar comida, alojamiento y cuidado médico a estos animales para rehabilitarlos y devolverlos a su medio natural una vez recuperados”, explica la consejera de Medio Ambiente del Cabildo, Natalia Évora.

Los ejemplares liberados son marcados con un seguidor GPS, que permite hacer un seguimiento permanente. «El seguimiento por GPS es muy útil, no sólo porque nos permite localizar cada ejemplar, sino porque define las rutas habituales y los espacios en que desarrolla su vida, de manera que nos orienta a la hora de planificar actuaciones para no incidir sobre sus hábitats», destaca Évora.

Pero no todos los ejemplares son puestos en libertad. Excepcionalmente, continúan en el centro algunos animales que, por distintos motivos, no pueden liberarse. Estos animales, que residen permanentemente en la Estación Biológica de La Oliva, permiten preservar la genética de especies sirviendo de apoyo en programas de investigación como, por ejemplo, el de cría en cautividad.

Desde hace más de 16 años habitan dentro del centro cinco hubaras irrecuperables, pero con facultades suficientes para vivir sin dificultad. «Estos ejemplares nos ha ayudado en la puesta en marcha de proyectos de investigación. Dentro de este grupo hay, por ejemplo, una pareja que ocasionalmente ha puesto huevo», señala Évora.

En el centro conviven además una pareja de guirres que llegó hace diez años, y una aguililla que lleva más de 12 años en dichas instalaciones, que cuentan con una serie de salas abiertas en su parte superior y cubiertas con malla. «Con las salas de aislamiento el animal puede estar al aire libre, pero evitando cualquier fuga, para poder ser tratado por especialistas», añade.

Los datos registrados por técnicos y operarios de Medio Ambiente revelan que las causas de ingreso mayoritarias son los accidentes de tráfico o colisiones en carretera, la colisión en tendidos eléctricos, disparos, e intoxicaciones por vertidos y cebos envenenados. Una problemática que Medio Ambiente ha conseguido frenar. Según la consejera, en los últimos años se han detectado menos casos de envenenamiento, y las medidas de señalización de tendidos eléctricos también están dando buen resultado.

Otras de las causas de entrada en el centro de recuperación son los relacionados con la desnutrición y el debilitamiento, provocados en muchas ocasiones por la desorientación de estas especies. Entre los motivos más recurrentes figura también el desconocimiento de los ciudadanos, que recogen del suelo ejemplares de aves recién nacidas en época de cría. “No se deben recoger crías cuando no estén heridas, aunque no lo parezca, sus padres están en la zona y saben cómo ocuparse”, explica Évora.

 

Senda de los cetáceos

La Estación Biológica dispone además de un área exterior de sombra cerrada perimetralmente destinada a la recuperación, limpieza y montaje de la osamenta de cetáceos varados en la Isla con fines científicos y educativos. Actualmente, el esqueleto de rorcual común que se expone en los alrededores del Museo de la Sal de Salinas del Carmen está siendo restaurado en dichas instalaciones.

De esta manera, se contribuye a la consolidación de la denominada ‘Senda de los cetáceos’ del Cabildo de Fuerteventura, cuyo objeto es exponer las estructuras óseas de ejemplares que han varado en diferentes épocas y localidades de la Isla, dado su gran valor educativo y científico.

Una labor educativa que la Estación Biológica de La Oliva tiene muy presente. Medio Ambiente participa además en programas de sensibilización ambiental y suelta de fauna recuperada. «La suelta de animales suele aprovecharse para sensibilizar a la población y realizar actividades formativas, que funcionan muy bien entre los ciudadanos y especialmente los escolares», asegura Évora.

Unas actividades de sensibilización que completan la labor de protección del medio ambiente que se realiza desde la Estación Biológica de La Oliva, que ha experimentado importantes avances en todos los campos, con viveros más grandes desde los que se realizan proyectos de reforestación, salas de necropsia, sala de cuarentena y la instalación de jaulones que permiten albergar a todos aquellos animales que necesiten cuidados antes de su puesta en libertad.

Cabildo de Fuerteventura © 2015 - Política de privacidad